Porque para mì el èxito consiste en ir de fracaso en fracaso sin desesperarse y tomàndolo con humor. Te invito a reìr conmigo de mi misma.



viernes, 5 de febrero de 2010

Fotografìa

Si tuviera que describir mi apariencia tal como me la devuelve el espejo cada dìa serìa una tarea casi imposible, no porque me encuentre incapacitada para hacerlo, sino porque la imagen mental que guardo acerca de mi misma difiere en gran manera de la realidad. No sè si sea un problema psicològico, una falta de autoestima que se remonta a los tiempos de mi niñez y adolescencia o algùn trastorno visual grave, pero lo cierto es que jamàs pude verme tal cual lo hacen los demàs, aùn asì intentarè hacer un bosquejo.
De niña ya se perfilaba que mi estatura no serìa motivo para sobresalir del montòn, o nunca se desarrollò lo suficiente a medida que pasaban los años. Era regordeta, de mejillas redondas y rosadas, irresistiblemente tentadoras para abuelas que amaban el arte de pellizcar. Siempre vestida de rosa o algùn color pastel, llena de puntillas, cintas, moños y demàs accesorios que ponìan en evidencia a una abuela y una madre que disfrutaban demasiado vestir nenas. Ojos de un color extraño e indefinido que segùn la teorìa de mi abuela paterna, cambiaban junto con el clima (una cosa realmente extraña y casi aterradora) que luego alrededor de los cinco años se estacionò en un verde claro mezclado con pinceladas de marròn. Cabello recogido en dos colas, una a cada lado y lo màs arriba posible, de las cuales pendìan dos bucles color castaño claro que se bamboleaban para todos lados mientras caminaba.
Mientras crecìa algunas cosas se mantenìan mientras otras cambiaban. La figura dejò de ser tirando a redonda para afinarse dejando entrever las curvas de una mujer ya establecida. El cabello continuò en su forma ensortijada oscurecièndose a un castaño. La piel de un color poco saludable debido a su transparencia.
Hay un aspecto interesante en lo que respecta a lo fìsico y es algo verdaderamente extraño, es como si en la loterìa de la genètica hubiera nacido favorecida con los nùmeros ganadores de una perpetua juventud. Puedo dar fe de ello y lo compruebo en cada cumpleaños cuando todos saludan asombrados ¿cuàntos? ¡No puede ser! ¡Decime ya cuàl es el secreto!. No sè si sea algo beneficioso, pero sì puedo decir que es divertido y te libran de pasar verguenza en muchas situaciones en las cuales si realmente pareciera de la edad que llevo a cuestas, pasarìa por anormal, retrasada o sabe Dios cuantas cosas màs. Quizàs me odien por esto pero......... ¡algo bueno tenìa que sucederme en esta vida! ¿o no?

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